Aprendiendo a caminar...

Sucede que el fin de semana pasado celebramos el primer cumpleaños de mi hija hermosa.  El festejo fue lindo y Maia lo disfrutó mucho, pero en retrospectiva, creo que la celebración fue tanto para ella como para mi.  Cumplimos este primer año de vida juntas, despues de pasar noches en vela y cambiar un montón de pañales....   Recuerdo nítidamente cuando dí a luz hace más de un año, y la dulzura de esa primera noche que pasamos juntas sin dormir... Sólo viéndonos a los ojos, entrando y saliendo de distintos estados de conciencia...  Era una bebé indefensa, chiquitita, tan tierna...

Y ahora que su alma ha bajado por completo a su cuerpo, aquí esta, mi niña preciosa, en todo su esplendor.

Maia es una niña curiosa, despierta, tranquila y feliz.  Su personalidad emerge entre sonrisas y ataques de risas y sobretodo una mirada intensa y profunda.

Sus emociones son transparentes y fuertes y a veces la sofocan al grado de no poder respirar.  Cuando se pone histérica,  la consume un un grito intenso que se manifiesta en todo su cuerpo, dura unos segundos sin respirar, se pone roja, roja,  labios temblando, hasta que la ola de emoción se desemboca y suelta un alarido tan fuerte que podría tronar todos los tímpanos alrededor.  En estos casos que no la calienta ni el sol,  sólo  la tomo en mis brazos y le susurro "estas bien mi vida, estás bien..."  Y en poco tiempo se le pasa.



Maia Bonita está aprendiendo a caminar.  En cuánto a su desarrollo, este ha sido el acontecimiento más imporante de los últimos meses.   Pero esto no ocurre de un día para otro... no, es un proceso largo y tendido.  Hace meses que se paró sola por primera vez, luego vinieron unos pasitos lentos agarrada de la mesa o de cualquier cosa, luego vino el carrito amarillo de Miffy que ahora empuja a todos lados con una velocidad de conductora de fórmula uno; pero que hace unos meses apenas y se movía, aún cuando lo empujaba con todas sus fuerzas...

Hay un deseo inherente dentro de ella de pararse y de moverse y de valerse por si misma.   Observarla mientras aprende a caminar es muy entretenido y veo como prefiere la velocidad a la firmeza de sus pasos, y por lo mismo, cuando hay que llegar rápido al objetivo, prefiere gatear.   Además cuando se cae, rara vez hace un drama, simplemente se levanta y sigue caminando...  De momento estamos practicando la caminata agarrada con solo una mano, y ahi va...

Y asi vamos.  Aprender a caminar es una de las primeras manifestación del "yo" interno que se asienta en el cuerpo de un bebé.  Caminar no sólo significa que el ser humano deja de gatear y se erige sobre las piernas, sino que también encuentra el equilibrio de su propio cuerpo dentro del cosmos, aprende a controlar sus movimientos y adquiere su libertad...

Para una madre orgullosa como yo, ver el proceso de cerca es una de las cosas más magníficas que jamás haya visto, pues la expresión de aprender a caminar aquí en la sala, es una expresión divina, dónde el universo entero conspira para que mi niña progrese, poniendo un pie enfrente del otro, balanceando la cabeza en alto, usando las piernas y liberando los brazos...

Así se introduce la melodía del ritmo del caminar, del elemento musical que mueve nuestros pasos y nos lleva a recorrer el mundo entero...  Mientras tanto, su alma, el alma divina de Maia Ixchel, se asienta y encuentra su lugar aquí, con nosotros, en equilibrio.


Fiesta, piñata y pastel

Este sabado 15 de enero celebramos el cumpleaños número uno de nuestra hermosa, Maia Ixchel.
Fue un día alegre y divertido para nosotros y para la bella princesita, por supuesto.
Despertamos tarde pero amanecimos con las mañanitas en español y la canción tradicional en holándes (lalalalala hurrah, hurrah!).  Luego Maia abrió el regalo de mamá y papá: una granja de lego y en seguida se puso manos a la obra... ¡A chupar los animalitos y a chocar las piezas una con otra para hacer música!


Luego desayunamos los tres: fruta, huevos con jamón y yogurt.   Despues pasamos un largo rato en la tina jugando con todos los juguetes acuáticos.  Papá se fue a las tiendas buscar una cuerda para colgar la piñata y a recoger el pastel.  Mamá arregló los últimos detalles de la casa.  De repente llegaron las 2pm, hora que habíamos citado a los invitados y Maia aún no había dormido una siesta... Como si supiera que al despertar ya habría empezado la fiesta, Maia se acostó sin refunfuñear mucho y en unos instantes ya se había quedado dormida.  Me gusta tanto verla cuando duerme...

Al despertar ya habían llegado algunos invitados y la esperaban con anticipación.  Maia se puso su vestido de fiesta rosa pálido, regalo de su abuuuu,  y empezó la acción.  ¡A abrir reglos! El papel de envolver, las bolsas de plástico y las cajas de cartón le llaman muchísimo la atención, a veces más que el regalo en sí!  Pero nada la preparó para tantas sorpresas: juguetes, una pelota luminosa, ropa, una mocila en forma de abeja, libros y más libros!

Luego vino la piñata.  Y Maia estaba emocionadísima.  Ya llevaba días viendo y tocando su piñata colgada en la sala... Además ella era la única nena del lugar con experiencia en romper piñatas... así que bueno... quería que empezaramos a darle, darle, darle sin más preámbulos... Pensábamos que esta piñata especial para bebés no requeriría de palo para romperla... pero estábamos muy equivocados.  Maia no quería saber nada de jalarle a los hilitos, y en cuanto le di la espátula para darle sus trancazos se puso feliz! ¡Eso era todo! Y cantábamos: "La piñata tiene caca, tiene caca, cacahuates de a montón..." sin que nadie nos entendiera...

La piñata fue la sensación de la fiesta... aunque hayamos tenido un pequeño percance cuando se cayó encima de Lisanne! Ups!  Cuando al fin quebramos la piñata, con la ayuda de todos los niños y varios adultos... y salió la montaña de dulces, lo más chistoso pasó... los niños tomaron sólo un dulce cada uno y dejaron el  resto apilado en el centro... ¡No lo podía creer! Aún cuando les dije, vamos chicos, tomen más dulces... no los pude animar... ¿Se imaginan que algún día quedaran los dulces apilados sin dueño en alguna fiesta mexicana??  ¡Imposible! ¡Para que vean que las diferencias culturales aparecen desde la infancia!  ¿Y eso que dirá de nosotros los refinados mexicas?


Despues de la piñata pasamos al pastel: morado de fondo decorado con Dora la exploradora y las estrellitas mágicas.  Todo el mundo le cantó "happy birthday" y mamá le ayudó a soplar la velita..  Y por primera vez en su vida, Maia se comió toda una rebanada del pastel de cumpleaños, feliz de la vida!  MMM! El montón de crema y azúcar...  ¡Una delicia!

Maia la pasó feliz jugando con sus amiguitas, Yara y Noa.  Y con su prima Lisanne, y con sus otros invidados Caelan y Olivier.  Tocaron el piano, sacaron todos los juguetes, viejos y nuevos... corrieron tras los globos y comieron paletas payaso traídas desde México...


Cuándo los invitados se fueron a sus casas, Maia estaba demasiado prendida para irse a dormir... Y asi nos dieron casi las 10 de la noche.  Jugando los tres: mamá, papá y Maia a las cosquillitas y las luchitas en la cama.



Por fin, terminó el día para Maia.  Un día lleno de alegria y amor y amigos.  Para festejar el primer año que pasamos contigo hermosa, conociéndote, amandote, y aprendiendo juntos.

Te aman, por siempre,
Mamá y papá