Fiesta, piñata y pastel

Este sabado 15 de enero celebramos el cumpleaños número uno de nuestra hermosa, Maia Ixchel.
Fue un día alegre y divertido para nosotros y para la bella princesita, por supuesto.
Despertamos tarde pero amanecimos con las mañanitas en español y la canción tradicional en holándes (lalalalala hurrah, hurrah!).  Luego Maia abrió el regalo de mamá y papá: una granja de lego y en seguida se puso manos a la obra... ¡A chupar los animalitos y a chocar las piezas una con otra para hacer música!


Luego desayunamos los tres: fruta, huevos con jamón y yogurt.   Despues pasamos un largo rato en la tina jugando con todos los juguetes acuáticos.  Papá se fue a las tiendas buscar una cuerda para colgar la piñata y a recoger el pastel.  Mamá arregló los últimos detalles de la casa.  De repente llegaron las 2pm, hora que habíamos citado a los invitados y Maia aún no había dormido una siesta... Como si supiera que al despertar ya habría empezado la fiesta, Maia se acostó sin refunfuñear mucho y en unos instantes ya se había quedado dormida.  Me gusta tanto verla cuando duerme...

Al despertar ya habían llegado algunos invitados y la esperaban con anticipación.  Maia se puso su vestido de fiesta rosa pálido, regalo de su abuuuu,  y empezó la acción.  ¡A abrir reglos! El papel de envolver, las bolsas de plástico y las cajas de cartón le llaman muchísimo la atención, a veces más que el regalo en sí!  Pero nada la preparó para tantas sorpresas: juguetes, una pelota luminosa, ropa, una mocila en forma de abeja, libros y más libros!

Luego vino la piñata.  Y Maia estaba emocionadísima.  Ya llevaba días viendo y tocando su piñata colgada en la sala... Además ella era la única nena del lugar con experiencia en romper piñatas... así que bueno... quería que empezaramos a darle, darle, darle sin más preámbulos... Pensábamos que esta piñata especial para bebés no requeriría de palo para romperla... pero estábamos muy equivocados.  Maia no quería saber nada de jalarle a los hilitos, y en cuanto le di la espátula para darle sus trancazos se puso feliz! ¡Eso era todo! Y cantábamos: "La piñata tiene caca, tiene caca, cacahuates de a montón..." sin que nadie nos entendiera...

La piñata fue la sensación de la fiesta... aunque hayamos tenido un pequeño percance cuando se cayó encima de Lisanne! Ups!  Cuando al fin quebramos la piñata, con la ayuda de todos los niños y varios adultos... y salió la montaña de dulces, lo más chistoso pasó... los niños tomaron sólo un dulce cada uno y dejaron el  resto apilado en el centro... ¡No lo podía creer! Aún cuando les dije, vamos chicos, tomen más dulces... no los pude animar... ¿Se imaginan que algún día quedaran los dulces apilados sin dueño en alguna fiesta mexicana??  ¡Imposible! ¡Para que vean que las diferencias culturales aparecen desde la infancia!  ¿Y eso que dirá de nosotros los refinados mexicas?


Despues de la piñata pasamos al pastel: morado de fondo decorado con Dora la exploradora y las estrellitas mágicas.  Todo el mundo le cantó "happy birthday" y mamá le ayudó a soplar la velita..  Y por primera vez en su vida, Maia se comió toda una rebanada del pastel de cumpleaños, feliz de la vida!  MMM! El montón de crema y azúcar...  ¡Una delicia!

Maia la pasó feliz jugando con sus amiguitas, Yara y Noa.  Y con su prima Lisanne, y con sus otros invidados Caelan y Olivier.  Tocaron el piano, sacaron todos los juguetes, viejos y nuevos... corrieron tras los globos y comieron paletas payaso traídas desde México...


Cuándo los invitados se fueron a sus casas, Maia estaba demasiado prendida para irse a dormir... Y asi nos dieron casi las 10 de la noche.  Jugando los tres: mamá, papá y Maia a las cosquillitas y las luchitas en la cama.



Por fin, terminó el día para Maia.  Un día lleno de alegria y amor y amigos.  Para festejar el primer año que pasamos contigo hermosa, conociéndote, amandote, y aprendiendo juntos.

Te aman, por siempre,
Mamá y papá

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